El Vaticano confirmò la destitución de monseñor Francisco Ozoria como arzobispo de Santo Domingo.
La decisión se basa en señalamientos de «mala administración» reconocidos por el propio Ozoria, marcando un hito sin precedentes en la Iglesia local.
Su gestión había estado bajo la lupa por cuestionamientos sobre su liderazgo y denuncias que llegaron hasta la Santa Sede.
También influyeron los cuestionamientos sobre su liderazgo. La carta del Vaticano oficializó la decisión que ya había generado rumores.
Críticas previas ya habían apuntado a la falta de liderazgo de Ozoria, como las expresadas por Víctor Masalles en 2021.
Masalles señaló una pérdida de espacio de la Iglesia y la ausencia de mediación en conflictos.
Estas declaraciones se interpretaron como un cuestionamiento a la gestión de Ozoria.
Además, denuncias sobre el hermano de Ozoria, Secundino, por presunto enriquecimiento indebido, llegaron al Vaticano.
El caso de agresión sexual contra el obispo auxiliar Ramón Benito Ángeles, nombrado bajo la gestión de Ozoria, también afectó su imagen.
Aunque no implicaba responsabilidad directa, la opinión pública asoció el escándalo a su administración.











