La especialista Claudia Almonte, resaltó el impacto de los factores de riesgo de enfermedades cardiovasculares en la mujer, siendo sus principales afecciones la hipertensión, el accidente cerebrovascular, la cardiopatía isquémica y la insuficiencia cardíaca.
“A veces, cuando están teniendo un infarto, las mujeres no necesariamente presentan el dolor torácico típico. En ocasiones se presenta como una sensación de fatiga, disconfort torácico, sensación de ahogo, dolor en la mandíbula, dolor en la espalda irradiado al brazo izquierdo, dolor en la boca del estómago o epigástrico, es decir que el cuadro, en las mujeres, en ocasiones es distinto al del hombre al tener un síndrome coronario agudo con un infarto”, explicó.
La directora de la Unidad de Cardiología de CEMDOE recordó que en la mujer influyen factores de riesgo como son los sexoespecíficos tales como la violencia de género, la menopausia y los trastornos hipertensivos del embarazo, entre otros, por lo que lo correcto es que se empiece un seguimiento a la salud cardiovascular desde la adolescencia, tomando en cuenta que existen afecciones como el síndrome de ovario poliquístico, en ocasiones diagnosticado a esa edad, la menarquia temprana o primera menstruación con una aparición muy temprana (8 o 9 años), o muy tardía (después de los 16 años), que pueden aumentar el riesgo de enfermedad cardiovascular en la edad adulta.
Precisó que la evaluación cardiovascular luego de la adolescencia, debe ser periódica tras cumplir los 20 años, viendo cómo está el número de tensión arterial, azúcar, colesterol, etc. Los casos de mujeres que pasan de los 20 años y han tenido cáncer de mama con quimioterapia, trastorno hipertensivo del embarazo, menopausia precoz o son favorecedoras de aparición temprana de enfermedad cardiovascular, deben tomar en cuenta estos factores a la hora de prevenir y llevar buenos hábitos.