Por : Mario Antonio Lara Valdez.
En un recorrido por nuestra historia y analizando escenarios actuales, pasados de paso visualizando el futuro quedo angustiado entre lágrimas y desesperación al saber que los valores patrios, identidad nacional y la bandera dominicana ya no estarán.
Palpitaciones acelerada a punto de creer que llegó la oscuridad funesta de la apatía y traición a la soberanía que tanto sacrificio así como frustración tocó a Juan Pablo Duarte y Francisco Del Rosario Sánchez o Ramón Matías Mella como a otros tantos dominicanos que llegaron al cielo por amor a su patria .
Mirando al cielo y dando gracias por ser dominicano que impregnado por una sonrisa fácil que recibe la caricias de la vírgenes de las Mercedes y la Altagracia como también mojados en lágrimas de la señorita Elupina Cordero que entre las manos de María Trinidad Sánchez comienza a lograrse observar los colores azul del Licey así como rojo del Escogido.
Camino como aquel campesino enfermo pero bueno de corazón que le hace el último trabajo al dueño de la finca también narrado por Juan Bosch en uno de sus escritos pero más triste es ver como vemos caer el cristo de la libertad de Joaquín Balaguer porque nuestra generación destruye la esperanza del campesino alejándose de toda la formación de fe y valores morales.
Aquí sentado en un restaurante o caminando por las provincias de nuestra casa llamada República Dominicana observo trasformaciones que por mi edad tal vez no entiendo o comienza a producir un cosquilleo del veneno de la noche oscura llamada muerte de la patria.