Jesús Antonio Fernández Olmedo
Las aguas del mar están en el café siempre pensamos en lo que llegará un agua que nos beneficie y nos de la felicidad anhelada.
Yo estoy en mis sueños día a día con dudas acerca de una nueva decisión a la que intento con cierta emoción y por ello compongo esta canción.
A veces los fantasmas se acercan a mi mente como aquellos que todos los días me mienten
He triunfado por eso compongo este fado y con ello a nadie enfado así como nunca te he estafado pero de cuando en cuando te veo enfadado.
Y a mí mucho me has ayudado con tanto acaramelado.
Aquello que fue prometido y nunca recibido en algunos creó una vida de recibo y pido.
Todos querer una vida segura y no dura que muestre a cada uno su hermosura ¡vaya cara dura ¡
Empujar por los que no están todavía y vendrán esa es la que hay que arremeter y esta batalla si la empiezas no la puedes perder ni en ella fenecer.
Esta vida es un papado como cuando me tomo un helado bien congelado contigo a mi lado.
A unos veo endiablados y aterrorizados de tanto que se ha cagado y a hombres encerrado y odiado.
Hasta que no se salga de esta habitación de prisión no iremos a Marsella la bella.
Perdóname Juan si he sido iracundo contigo y por ello aquí me he venido.
Lávame si así lo piensas que de una pesa haré algo que no te pesa.
Date cuenta que debes de expresar aquello que nunca va a pasar ni a ti pesar pero que quitará a los demás de un malestar ya que no hemos venido aquí sólo a cagar , pagar y trabajar o consumar.