Este lunes 18 de noviembre se cumple un año del desplome de la pared lateral del túnel ubicado en la intersección de la Avenida 27 de Febrero con Máximo Gómez en Santo Domingo, un suceso que generó gran alarma entre los transeúntes y residentes de la zona.
El incidente, ocurrido de manera repentina, provocó el cierre inmediato del área mientras equipos de emergencia se movilizaban para atender la situación. Testigos describieron aquel momento como caótico, con el sonido ensordecedor del derrumbe y la incertidumbre reinando entre los presentes.
A pesar de la magnitud del colapso, las autoridades actuaron rápidamente, desplegando unidades de bomberos, policías y personal médico para evaluar los daños y asistir a posibles afectados. Sin embargo, en las horas siguientes, no se confirmó la existencia de víctimas mortales, lo que trajo algo de alivio en medio de la tragedia.
Desde entonces, el evento ha puesto en debate la seguridad de las infraestructuras urbanas, generando llamados a una revisión exhaustiva de túneles, pasos a desnivel y otras estructuras críticas en la capital. Las autoridades informaron, meses después, de la realización de estudios técnicos para identificar riesgos y evitar futuros incidentes de esta naturaleza.
Aunque no se han reportado problemas similares desde entonces, el colapso marcó un antes y un después en la percepción ciudadana sobre el mantenimiento de las obras públicas. Este aniversario sirve como recordatorio de la importancia de la planificación y supervisión adecuada en la construcción y conservación de estas estructuras vitales.