El arte se encuentra de luto con el fallecimiento a los 89 años de edad de la actriz dominicana Doña Monina Solá, considerada como una gloria del teatro dominicano y quien padecía de Alzheimer durante un largo tiempo.
Nacida el 23 de mayo de 1933, llevó el arte en sus venas de manera congénita, ya que su padre, Narciso Solá, inmigrante puertorriqueño radicado en San Pedro de Macorís, fue actor, músico y escritor de obras teatrales, tales como “El Intruso” y “Temblor Político”.
Su abuela, Luz Vicioso Albert, fue mecenas de varias generaciones de actrices y actores, siendo su casa claustro de muchos de ellos.
En 1937 debutó en la compañía de teatro que tenía su padre, con apenas 4 años de edad en el desaparecido Teatro Independencia.
A los 11 años de edad trabajó con Emilio Aparicio y a los 14 años de edad perteneció al Teatro de Bellas Artes. También trabajó en televisión y radio.
Como dato sobresaliente y no muy común, Doña Monina, en su prolífica carrera artística, fue condecorada con la “Orden de Duarte, Sánchez y Mella”, en los grados de Caballero y Comendador, respectivamente, por dos presidentes, Joaquín Balaguer y Leonel Fernández.
En 2001 fue inaugurada la Galería del Teatro Dominicano, como reconocimiento a los artistas que han hecho del teatro una realidad en el país.