Miles de bolivianos se movilizaron ayer en La Paz, Bolivia, para rechazar el golpe de Estado perpetrado al mandatario depuesto, Evo Morales, en medio de una fuerte represión policial y militar contra los manifestantes que ha incluido el lanzamiento de gas lacrimógeno.
Estas miles de personas rechazan la autoproclamación como presidenta interina de la senadora Jeanine Áñez, quien juramentó sin quorum en el Parlamento, y reclaman que los diputados y senadores del Movimiento Al Socialismo (MAS), partido de Morales, puedan ingresar a la Asamblea Nacional para sesionar sobre la situación política de la nación.
Por su parte, también los senadores y diputados del MAS denunciaron este miércoles haber recibido golpes y gas lacrimógeno cuando intentaban entrar a la sede del Parlamento. Una de las agredidas por oficiales de la Policía de Bolivia fue Adriana Salvatierra, presidenta del Senado, quien denunció que como su renuncia no había sido tratada en el Legislativo, continuaba en el cargo, y podía asumir como mandataria del país, según la sucesión establecida en la Constitución boliviana.
La fuerza policial ha respondido a los simpatizantes de Morales con un incremento de la represión, que incluye balas de goma y gases lacrimógenos.
En la ciudad de la Paz, capital administrativa del país, con la militarización de punta a punta, cientos de efectivos de las Fuerzas Armadas, junto a policías militarizados, recorren la ciudad vigilantes, mientras aviones cazas sobrevuelan a bajas alturas con un feroz e intimidante sonido de turbinas que ha generado nerviosismo en la población.
En la Plaza Mayor de San Francisco, en el centro de La Paz, cientos de manifestantes fueron dispersados con bombas lacrimógenas.
Los manifestantes que se concentraron en distintos puntos del país rechazan la arremetida de los militares y aseguran que los medios de comunicación han sido amenazados o se niegan a mostrar la represión de la que son víctimas.
En la ciudad de Montero, en el departamento de Santa Cruz, un joven fue asesinado y otro herido de bala, según denunciaron los habitantes. «Estos militares perros ya le tiraron», dijo un hombre que grabó a la persona que permanecía herida en el suelo, con rastros de sangre.
Al respecto, el mandatario depuesto Evo Morales, a través de la red social Twitter, saludó al pueblo de El Alto, urbe limítrofe con La Paz, que se reunió en multitudinario cabildo para demandar la renuncia de la autonombrada «presidenta interina» y denunciar la represión de la Policía y las Fuerzas Armadas.
«La Paz se ha convertido en un campo de represión militar y policial contra el pueblo que denuncia el golpe de Estado. Los que decían que luchaban por la democracia han impuesto una dictadura militar-policial que apoya con botas y fusiles a un gobierno ilegal e inconstitucional», escribió Morales.