El presidente Donald Trump y su homólogo ruso Vladímir Putin llegaron este viernes a Alaska para celebrar una cumbre crucial que podría cambiar el rumbo de la guerra en Ucrania y las relaciones entre Moscú y Washington.
Se esperaba que los mandatarios se saludaran en la pista de aterrizaje. Las autoridades instalaron un escenario especial, con un gran cartel que decía “Alaska 2025” flanqueado por aviones de combate estacionados y alfombras rojas.
Militares uniformados permanecían firmes cerca. Aviones B-2 y F-22 —aviones militares diseñados para oponerse a Rusia durante la Guerra Fría— sobrevolaban la zona para conmemorar el momento.
Trump y Putin ya han compartido apretones de manos muy seguidos anteriormente, pero el más reciente será tan escrutado como cualquier otro, al igual que su lenguaje corporal o las pistas sobre cómo se siente cada uno.










