Horrendos crímenes ocurridos recientemente en esta ciudad y la República Dominicana han conmocionado a los dominicanos en la Gran Manzana, por ser entre familiares cercanos y sin aparentes causas.
Por estos crímenes deberían poner ejemplos con severas condenas, incluyendo la propia muerte a sus autores, aunque parezca duro el deseo de nuestra parte, sostienen quisqueyanos en diferentes lugares públicos en el Alto Manhattan, pidiendo no ser identificados.
Asimismo, una abuela apuñaló 14 veces a su nieta de 7 años, hecho ocurrido la semana pasada en la avenida Clinton con la calle 169, sector de Morrisania, en El Bronx.
Además, la muerte a tiros de George Jacobs, de 66 años, por parte de su hermano Jethro Jacobs, de 73, en la residencia que compartían en el 230 Place en Queens. El agresor huyó y luego apresado en Florida.
El hispano Henry Gutiérrez, de 31 años, mató a puñaladas a su hermano Oscar, de 53, en su residencia ubicada en el 138-19 de la avenida Jamaica, en Queens.
La muerte a puñaladas de Franklin David Tejada, de 17 años, a mano de su padre Francisco Brito Hernández, de 42, cuando su vástago trató de impedir que golpeara una joven en un centro de diversión en Herrera.
Esto ocurrió en noviembre pasado, y el victimario apresado hace pocas semanas.
La reciente muerte en Nagua de los esposos Santos Alcequiez y Marián Altagracia Grullón, quienes fueron mandado a matar por su hijo, Nervin Alcequiez Hilario (Nervin) de 45 años, por lo cual pagó 400 mil pesos, según reporte de la policía.
“Son hechos horribles, lamentables, que llaman a la reflexión más profunda entre los dominicanos”, sostienen.