La República Dominicana tiene que estar ojo avizor con la actitud de una buena parte del pueblo haitiano, a raíz del conflicto suscitado con la construcción del canal para desviar las aguas del río Masacre en Dajabón.
El primer ministro de esa nación Ariel Henry ha dado muestra más que suficientes, que tiene un odio enfermizo contra el pueblo dominicano, que lo llevan a ignorar que el pueblo dominicano por décadas ha tenido q1ue cargar con el problema de los haitianos.
En las últimas intervenciones que el señor Ariel Henry ha tenido para agradecer a las naciones que han mostrado en algún momento solidaridad con el pueblo haitiano ha omitido a la República Dominicana.
Esto no es más que acto de odio y rencor del primer ministro haitiano, quien al principio de la crisis por la construcción del canal para desviar las aguas del Masacre, se mantuvo supuestamente al margen de la situación, dejando entrever que esa era una obra del sector privado.
Sin embargo, este señor aprovechó el primer cónclave internacional, para manifestar el supuesto derecho que tienen los haitianos para reclamar un suministro equitativo de los recursos hídricos fronterizos.
El primer ministro haitiano está sin proponérselo agitando a sus conciudadanos a un enfrentamiento con los dominicanos, algo que a todas luces los grandes perjudicados van a ser los de siempre, los pobres haitianos que necesitan mantener abierta la frontera para de esa manera poder subsistir.
Los dominicanos, estamos llamados a mantener una posición firme y unificada, porque no hay dudas de que un sector haitiano dirigido por su primer ministro no quiere saber para nada de la República Dominicana.
El primer ministro haitiano una vez más ha dado muestra de que la República Dominicana es su principal enemiga y están dispuestos a enfrentarla en el terreno que sea necesario.