Proveniente de Estados Unidos se está infiltrando desde hace algún tiempo este tipo de compras que más bien parecen en general favorecer a las grandes empresas más que al pequeño y mediano comerciante.
No es más que una forma más del sistema ya decadente y debilitado de consumo en donde nos hacemos a su vez más individualistas.
Compraremos cosas que no necesitamos y a su vez nos volveremos más manejables, débiles y manipulables.
Por qué no nos proponemos mejor entre todos hacer un
día sin compras o compramos sólo en estos pequeños comercios en solidaridad con ellos, seguro que al final hasta nos resulta renta, tanto por el engrase en la relación como por el futuro.
La felicidad no es comprar, ese es el engaño, esta está basada en otros intangibles.
Además, estas compras compulsivas lo único que hacen es perjudicar más al medio ambiente.
Más bien deberíamos hacerles nosotros un viernes negro no participando a los grandes, porque ellos son grandes porque cada uno de nosotros los hacemos grandes.
¿No sería mejor colaborar con alguien porque seguro que cada uno de nosotros conoce a una persona en situación personal de exclusión de alguna manera?
¿Como es posible que en el siglo XXI en Europa existan barrios sin luz ni suministro eléctrico abandonados por las administraciones?
¿Es eso la democracia?
Os dejo con el Black Friday o con vuestros pensamientos
reflexivos.
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