Desde hace décadas, la comunidad científica viene señalando la necesidad de tomar medidas contundentes para enfrentar el cambio climático. El último informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) expuso que la acción humana ha provocado un aumento significativo de la temperatura global, con consecuencias que a estas alturas son inevitables e incluso irreversibles. Somos testigos de cómo la subida del nivel del mar o la mayor frecuencia de fenómenos meteorológicos extremos están afectando drásticamente a la sociedad. Sin ir más lejos, en República Dominicana las tormentas tropicales son cada vez más potentes y los niveles de vulnerabilidad de la población sigue siendo alta en varias provincias.
Aunque el cambio climático no discrimine entre países, las comunidades más vulnerables son las más expuestas y las menos capaces de hacer frente a sus consecuencias. Se proyecta que, en las próximas décadas, millones de refugiados climáticos se verán obligados a abandonar sus hogares debido a los daños provocados por los desastres naturales. De aquí a 2030, la crisis ambiental podría sumir a 100 millones de personas en la pobreza, destruyendo gran parte del progreso en la lucha contra la desigualdad.
Sin embargo, los próximos años serán claves para hacer frente a este desafío. Tenemos una ventana de oportunidad única para tomar medidas que permitan frenar a tiempo y mitigar los impactos del cambio climático. Según el IPCC, mantener el aumento de la temperatura por debajo de los 1,5 °C solo es posible si reducimos drásticamente las emisiones de CO{-2} y otros gases de efecto invernadero. Para alcanzar este objetivo debemos reforzar la acción climática internacional e implementar —urgentemente— políticas públicas que incentiven la creación de empleos verdes, las cadenas de valor sustentables y la transición energética.
Con el Acuerdo de París, la comunidad internacional se comprometió a limitar el calentamiento global por debajo de los 2 °C. Desde entonces, la Unión Europea se ha propuesto liderar la acción climática a nivel internacional, estableciendo ambiciosas metas de mitigación y adaptación, incluyendo lograr convertirse en el primer continente climáticamente neutro hasta 2050, tal y como está establecido en el Pacto Verde Europeo. Complementariamente, en junio de 2021, la Unión y sus Estados Miembros adoptaron la Ley Europea del Clima, que consagra el objetivo de reducir en un 55% las emisiones netas de gases de efecto invernadero a 2030 (en comparación con los niveles de 1990).
La República Dominicana se ha comprometido a reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero para el año 2030, en un 27% respecto al año 2010, por lo que ahora, al contabilizarse los gases contaminantes climáticos de vida corta, son mayores los volúmenes que serán reducidos. La Unión Europea – a través de varios programas y proyectos – ha respaldado a República Dominicana en su compromiso de mitigar y adaptarse al cambio climático. Esto ha incluido el desarrollo de iniciativas con diversos actores, a nivel nacional y binacional, para fortalecer la acción climática en ámbitos estratégicos, como son energías renovables y eficiencia energética, fortalecimiento de la resiliencia y reducción del riesgo de desastres, adaptación basada en ecosistemas, economía circular, producción y consumo sostenible, entre otros.
Al mismo tiempo, las empresas europeas han sido importantes promotoras e inversionistas en la producción dominicana de energías renovables, participando también en varios proyectos piloto de producción de energías renovables.
La Unión Europea y la República Dominicana son socios estratégicos en la lucha contra el cambio climático. Ambos creemos firmemente que el crecimiento económico puede ir de la mano con la lucha contra el cambio climático. La COP26 en Glasgow será esencial para seguir avanzando y robustecer las alianzas entre el sector público, el sector privado y la sociedad civil. Esta década es clave para el futuro de nuestro planeta, por lo que debemos ir más allá de las promesas y definir acciones concretas, con el objetivo de cumplir las metas climáticas que nos hemos propuesto y asegurar – con la necesaria ayuda de los jóvenes – la sostenibilidad para las futuras generaciones.
Artículo escrito por:
S.E. Volker Pellet – Embajador de Alemania
S.E. Antonio Pérez-Hernández y Torra – Embajador de España
S.E. Eric Fournier – Embajador de Francia
S.E. Stefano Queirolo Palmas – Embajador de Italia
S.E. Annemieke Verrjip – Embajadora del Reino de los Países Bajos
S.E. Katja Afheldt – Embajadora de la Unión Europea