Por: Alejandro Santos
La comunidad internacional con sus actuaciones de indiferencia y de inactividad con la situación de Haití, está provocando que se agudice hasta tocar fondo, la insostenible realidad haitiana, permitiendo que el peso de esa crisis impacte con más fuerza sobre la RD.
Los planes de la comunidad internacional se quedan en el tintero, solo promesas, hasta el momento no existe la ejecución de ningún plan dirigido a resolver las graves y extremas dificultades que vive el pueblo haitiano, que se encuentra bajo el dominio casi absoluto de las bandas armadas.
Ha pesar de la indiferencia de la comunidad internacional, la RD siempre ha estado presente históricamente como el refugio natural de los vecinos haitianos, vienen en gran parte a trabajar en la construcción y en la agricultura, también se están integrando recientemente en ocupaciones del sector turismo.
Los haitianos están presentes en las más diversas actividades económicas, de salud, universitarias, etc. siendo cada vez más notables su presencia.
Si nos detuviéramos hacer un repaso de los amplios aportes que hace RD a nuestro vecino país, esos aportes resaltan la valiosa capacidad que tenemos los dominicanos de ser solidarios, por demás nunca hemos sido indiferentes en ninguna dificultad que le ha tocado padecer al pueblo haitiano.
Las cifras acerca de la población haitiana que vive legal e ilegalmente en la RD no son exacta, evidentemente que la manera como se mueve esa migración, se hace casi imposible precisar esos datos, en todo caso suman millones los haitianos que están viviendo en nuestro país.
A la RD no le caben los calificativos de ser un pueblo racista y xenófobo. Existe una realidad que juega en contra de nosotros, que son nuestras propias limitaciones para asumir todo el peso de la crisis haitiana, se hace más que evidente, que nuestro país no está en condiciones de cargar solo con la solución de Haití. Tampoco debemos aceptar que dicha solución, tenga que darse sobre la base del colapso de la RD.
De continuar progresiva e incontrolablemente la llegada de ciudadanos haitianos a la RD, puede llevar a nuestro país a un escenario de conflictos entre las dos poblaciones y una saturación de la necesidad de mano de obra haitiana.
El curso que llevan los acontecimientos, conduce a que se produzca un agotamiento de la paciencia de la población dominicana respecto a la migración haitiana. Las manifestaciones dominicanas contra el aumento de la presencia de ciudadanos haitianos, serán cada vez más concurridas y más frecuentes, asimismo es muy probable que se vaya expandiendo un sentimiento de rechazo, lo que puede conducir al inicio de una escalada de conflictos entre los nacionales de ambos países.
Observando lo anterior, lo mejor que podemos hacer, será prevenir las repercusiones que están teniendo sobre nuestro territorio y la población dominicana, la inestabilidad social y política de Haití, porque pueden incrementar las reacciones de rechazo
hacia los migrantes haitianos en nuestro país.