Por : Mario Antonio Lara Valdez
El desgaste institucional del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) y la pérdida de la perspectiva de su líder, Danilo Medina, continúan agravándose, dejando nuevas evidencias con sus recientes ataques al proceso judicial contra altas figuras de su entorno imputadas por corrupción y alegatos de supuesta persecución política.
Medina alega que el arresto de dirigentes peledeístas y colaboradores de primer nivel de sus pasados gobiernos, imputados por serios casos de robo al erario, es una forma de persecución política del actual Gobierno para destruir al PLD pero olvida que la incriminación viene de su propio entorno.
Medina y el PLD también han dicho que la justicia ha sido politizada para debilitarlos, en clara referencia a las acciones del Ministerio Público al destapar perniciosos casos de corrupción en su gobierno.
Sin percatarse en su momento, Medina no calculó el nuevo daño que se estaba infringiendo con esa denuncia porque ante todas las evidencias de saqueo al dinero público la población manifiesta su enojo y desconfianza en el PLD y en sus dirigentes así como también cuando nombro a Jean Alain Rodríguez como procurador general.
Apenas tardó 12 años para que se convirtiera en realidad lo que Medina sembró como premonición en 2011, cuando dijo que en República Dominicana “el que roba no le gusta que le digan ladrón si lo acusan, porque entonces dice que es política la acusación”.