Las tradiciones dominicanas a medida que van pasando los años se han ido perdiendo en lo que tiene que ver con la muerte de un familiar el protocolo que se seguía para darle cristiana sepultura.
En nuestro país era una tradición que cuando una persona moría sin importar de que muriera, se esperaban 24 horas para darle sepultura y por lo general esa persona era sepultada en la tierra a unos 7 pies de profundidad.
Ahora muy pocas personas, que por asunto de espacio en los campos santos, son sepultadas en un nicho que se fabrica para varias personas por asunto de espacio en el cementerio.
Pero también antes los dolientes duraban 9 días de “rincón” donde esperaban a las personas que iban a darle el pésame. Ahora en la mayoría de las ocasiones cuando dan cristiana sepultura al fallecido, ahí mismo se hacen todos los oficios religiosos.
Antes era muy notable que cuando moría una persona, todos los vecinos, prácticamente se mudaban a la casa del fallecido, donde por lo general todos los días se cocinaba una gran cantidad de comida para darle a los que acudían a dar el pésame.
De igual forma ha desaparecido el que en los mortuorios se produzcan escenas de personas que por su sentimiento hacia el fallecido se desgarren gritando como ocurría en tiempos atrás, que había personas que se estrellaban en el piso, supuestamente por el dolor que sentían.
Por lo general las personas de clase alta nunca ha sido muy dada a llorar como lo hacen los pobres a sus muertos y eso tiene muchas explicaciones como es que el pobre llora los problemas que le ha dejado el muerto y el rico muy por el contrario.