La ciudad de San Juan de la Maguana luce limpia y hermosa con la refulgente gestión que lleva a cabo el alcalde Lenin de la Rosa, quien está fajado día y noche mejorando todo el entorno urbano.
En los casi siete meses que lleva al frente del Ayuntamiento el ingeniero De la Rosa, esta ciudad sureña exhibe cambios trascendentes en todo el polígono central con nuevos bulevares, eliminación de badenes, bacheos de calles, asfaltado del cementerio, remozamiento de la Plaza Comercial y Cultural y nueva señalización.
Como soy maestro de profesión suelo otorgar calificaciones basadas en el desarrollo de competencias. Por su eficiente desempeño -hasta el pasado viernes- al ingeniero Lenin de la Rosa le colocaría un cien.
Sin embargo, hay una acción equivocada y temeraria que la alcaldía acaba de realizar que desmejora la calificación del gobierno municipal. Se trata de la colocación de reductores de velocidad, popularmente llamados “policías acostados” en dos de las más importantes avenidas de la ciudad (Anacaona, en la parte norte e Independencia, en la salida oeste).
Colocar cuatro “policías acostados» uno seguido del otro, en un espacio de menos de setecientos metros de la avenida Anacaona norte es una vesania, que debe ser corregida en lo inmediato, porque representa atraso, subdesarrollo y desacierto para esta urbe.
Igualmente, haber instalado tres “policías acostados” en la avenida Independencia, sector El Córbano, es igualmente catastrófico para el activo tránsito que se produce en ese entorno.
Señor alcalde, resuelva este problema. En una ciudad moderna no se dispone colocar reductores de velocidad (policías acostados) porque ocurran accidentes de tránsito por imprudencia de conductores.