Cada año, con la llegada de las festividades navideñas y de fin de año, se activa el llamado Plan Preventivo de Seguridad, un despliegue estratégico de efectivos policiales y militares en las calles con el propósito de garantizar la tranquilidad ciudadana. Sin embargo, lo que debería ser una medida sostenible a lo largo del año termina abruptamente en enero, dejando a la población con una sensación de vulnerabilidad una vez finalizan las fiestas.
Este año, el despliegue fue notablemente menor: 19,000 uniformados—15,000 de la Policía Nacional y 4,000 de las Fuerzas Armadas—contrastando con los 32,000 efectivos del año pasado. Este recorte no solo genera preocupación sobre la capacidad de respuesta en momentos críticos, sino que también evidencia una aparente falta de continuidad en las estrategias de seguridad ciudadana.
La pregunta que surge es: ¿Por qué solo en diciembre? Si la presencia de las fuerzas del orden logra reducir los índices de delitos durante este periodo, ¿no sería lógico extender este esfuerzo de forma permanente?
La inseguridad en el país no desaparece con el cambio de calendario. Al contrario, la criminalidad se reinventa constantemente, afectando a ciudadanos y negocios. La percepción de seguridad no debería ser un lujo estacional, sino un derecho fundamental respaldado por políticas constantes y efectivas.
Adoptar medidas preventivas permanentes no solo aumentaría la seguridad, sino que también contribuiría a reconstruir la confianza entre la ciudadanía y las instituciones encargadas de protegerla. Además, un plan de seguridad sostenido podría incluir el fortalecimiento del cuerpo policial, tanto en términos de capacitación como de recursos, y el diseño de estrategias adaptadas a las necesidades de cada región.
La seguridad no puede ser una campaña temporal ni un espectáculo para diciembre. Es tiempo de pensar más allá de las festividades y apostar por una estrategia integral que proteja a los dominicanos todo el año. De lo contrario, el «después de diciembre» seguirá siendo una etapa de incertidumbre para quienes enfrentan la inseguridad sin el respaldo necesario.