La República Dominicana históricamente ha tenido que lidiar con los problemas de la falta de gobernanza del vecino país de Haití, sin importar quien gobierne esa nación.
Pero la situación se ha ido de las manos de las autoridades, tanto haitianas como dominicanas, por lo que se hace necesaria una intervención de fuerzas extranjeras, donde la República Dominicana se mantenga al margen.
La crisis política, social y económica que vive la hermana nación de Haití está tocando fondo y los más perjudicados estamos siendo los dominicanos, quienes tenemos que aportar nuestras aulas en las escuelas, las camas en los hospitales, los empleados y nuestros alimentos.
La comunidad internacional, que vive vigilante de todo el accionar dominicano, frente a la crisis haitiana, bien debiera hacer sus aportes, para que el vecino país por fin se encamine hacia una verdadera democracia, y no pretendan que nosotros solos ayudemos.
Entendemos que ha llegado la hora de que las grandes potencias intercedan para que esa empobrecida nación logre un desarrollo sostenible en el tiempo y así los dominicanos también podamos hacer frente a nuestros problemas, que también los tenemos.
Los dominicanos, hemos hecho demasiado para que el pueblo haitiano no muera como nación, pero hasta lo mucho Dios lo ve, es necesaria la ayuda internacional.