Con lo ocurrido en San Felipe, de Villa Mella en el municipio Santo Domingo Norte, donde el pasado domingo en un colmado, tres personas resultaron muertas y cinco fueron heridas durante un enfrentamiento entre familias, ha quedado evidenciado que la delincuencia le ha ganado la guerra a la Policía Nacional.
La policía no ha podido dar seguridad a los residentes, no solo del sector San Felipe, que fue donde ocurrió el hecho de sangre, sino que todo Villa Mella desde el pasado lunes en hora de la mañana vive un verdadero toque de queda, porque supuestamente circula un audio, donde algunos de los familiares de los muertos amenazan con llevarse por delante a quien encuentren en las calles.
Los residentes en San Felipe y los sectores aledaños, mantienen las puertas de sus hogares cerradas y no salen a las calles a menos que sea una necesidad de vida o muerte.
Lo mismo ha ocurrido con el comercio, con las escuelas y los colegios se han visto obligados a cerrar sus puertas y los agentes de la Policía han demostrado una vez más la incapacidad para darle seguridad a la ciudadanía.
Los delincuentes han aprovechado que el comercio, los colegios y las personas se mantienen en sus hogares, para cometer atracos en estaciones de gasolinas, de Gas Licuado de Petróleo y en las bancas que funcionan en esos sectores.
De igual el transporte público de pasajeros, no solo de Villa Mella, sino de Monte Plata y otras localidades aledañas no ofrecieron el servicio, por temor a que se produjeran tiroteos entre las familias de los muertos.
Es una pena, que un hecho que supuestamente tienen como principal móvil la venta de terrenos, que dicho sea de paso fue invadido por los involucrados, termine poniendo en sosiego la tranquilidad de sectores que no hacen más que trabajar.
Los muertos fueron identificados como el raso policial Carlos Manuel Núñez de la Cruz y los civiles Yorki Otaño y Víctor Manuel Marte Martínez, pero también luego han ocurrido otros asesinatos en venganza.
Mientras que los heridos Darison Núñez, Juan Ferrand Brazobán, Wilkin Rondón, una menor de edad, y el raso del Ejército Aldo José Susana Heredia, permanecen recibiendo atención en el hospital Ney Arias Lora.