La situación por la que está atravesando el hermano país de Haití, es un tema que debe preocupar a cada uno de los dominicanos sin importar el credo religioso o político, clase social, porque si esa crisis se agudiza nosotros somos los que perderemos.
Es por tanto que el gobierno está haciendo lo correcto al anunciar una serie de medidas de contingencia frente a esa situación.
Todos debemos ponernos en sintonía y estar alerta ante el desenlace de la crisis haitiana y estar prestos a apoyar las autoridades dominicanas.
Es preciso que los dominicanos estemos consientes en que la crisis del vecino país es una bomba de tiempo que en cualquier día pudiera estallar y los más perjudicados seriamos los dominicanos.
Es preciso saludar la decisión del presidente Abinader en el sentido que para su gobierno lo más importante es velar por la soberanía nacional, antes que por garantizar el comercio entre ambas naciones.
Los dominicanos no somos los responsables de la desgracia de ese país, sino que, por el contrario hemos sido el único país que en los momentos de catástrofe hemos llegado de primero en su auxilio y ellos en su gran mayoría al igual que la comunidad internacional, no lo reconocen.
Creemos que ha llegado el momento en que la República Dominicana haga valer las leyes migratorias y todo el extranjero que no esté lega en nuestro territorio sea sacado de nuestro territorio.
También se requiere del concurso de los empresarios que hacen negocios con el vecino Haití, para que también aporten su granito de arena en este momento que se necesita de todo el que se sienta ser dominicano.