Con el escándalo de corrupción denominado Calamar por la Procuraduría de Persecución de la Corrupción Administrativa PEPCA ha quedado evidenciada la doble moral de muchos políticos y de algunos periodistas y comunicadores sociales.
Es evidente según señala el voluminoso expediente de más de 3 mil página que con ese escándalo no debiera la máxima dirección del Partido de la Liberación Dominicana estar alegando persecución política, sino más bien esa entidad política que dividía en un momento el país entre peledeìstas y corruptos.
El propio presidente del opositor Partido de la Liberación Dominicana cuando estaba buscando la presidencia de la República no desaprovechaba ningún escenario para arremeter contra la corrupción en el Estado.
Ahora Danilo Medina, quien informó a la ciudadanía que está padeciendo de Cancel de próstata tenga el tupé de salir a defender y decir que sus exfuncionarios Gonzalo Castillo, Donald Guerrero y José Ramón Peralta sean presos políticos.
Es hora de que el Ministerio Público siga hacia adelante, no solamente con el enjuiciamiento de los que desfalcaron los fondos públicos para dedicarlos a actividades políticas a favor del partido en el gobierno en ese entonces y para uso personal, sino que procesa a recuperar lo robado.
Este es un país que no puede seguir permitiendo que todo el que ocupa una función pública, crea que fue una herencia que le dejaron sus padres en detrimento de la inmensa mayoría de dominicanos que tienen que carencia de los recursos necesarios para llevar una vida digna.
Es hora de que los buenos dominicanos apoyen a la Procuraduría General de la República en su lucha contra la corrupción y que caigan todos los que hicieron o puedan hacer uso indebido de los fondos públicos.