Jesús Antonio Fernández Olmedo
De vez en cuando una noticia positiva nos sorprende en nuestro amanecer cotidiano y la de hoy es el anuncio de una querella contra el anterior jefe del estado español Juan Carlos.
Apoyada por el magistrado emérito del Supremo y once personas más como periodistas , juristas y filósofos en la demanda anuncian que no se puede exonerar a nadie de su responsabilidad criminal.
Lo que no se sabe es si está saldrá adelante dado la cantidad de pegas que se les pueden poner.
El hecho en sí es bueno, quiere decir que hay una parte de la población que aspira a la justicia y que tiene buena intención.
Sin embargo, hace falta algo más que querellas y denuncias para acabar con un sistema corrupto ya desde el amanecer hasta la noche.
Hace falta que cada persona, cada ciudadano realice una introspección, aunque sea pequeña de cómo quiere vivir los años próximos, cómo quiere que sea la salud de su país, su educación, la vivienda, la justicia, la ecología del país, el ejército, las fuerzas de seguridad, los trabajos y etc.… y etc.
Hace falta con necesidad una revolución interior que cambie todo el sistema criminal en que nos estamos convirtiendo que nos está salpicando a todos.
Porque cuando una persona de este país escucha los noticieros y observa la saga corrupta que hay sólo piensa que está todo podrido, pero amigo o amiga tú también o parte de ti está podrido porque vives aquí y no en Marte. Tú trabajas, haces actividades varias en esta habitación del mundo y no vienes de otra galaxia.
Aquí te han parido y por tanto tú también tienes mucha parte de culpa y de responsabilidad en que las cosas estén como están.
Seguro que algo has hecho o has dejado de hacer y esto, tus actos son igual a: que tengamos armas nucleares ya fábricas de armas por todo el mundo, que haya jefes de estado corruptos hasta la saciedad, que privaticen la sanidad pública de forma encubierta, que tus hijos sean unos increíbles maleducados y un largo etc.
Sí , todos somos responsables, eso de ponerse de perfil , mirar para otro lado no te exonera a tí tampoco de los múltiples errores y graves que has cometido en vida al no comprometerse para que el mundo sea de otra forma de cuando naciste.
Mucha gente exige hoy respeto, pero acaso ¿tú tratas a los demás con gracia y respeto? ¿Quién eres tú para exigir cosas que no cumples?
Hijos que no quieren a sus padres, sólo esperan que se mueran para coger la herencia. ¿Ves qué mundo tan podrido has creado? porque esto tiene que ver más contigo que con el vecino que vive en un rascacielos y que no tiene contacto contigo.
Se participa en masa de eventos y celebraciones en los que no se cree, en los que no se tiene fe, pero se practica la falsedad y la hipocresía por doquier.
No hay hoy compromiso ni con el que tienes al lado, que lo miras de manera sospechosa de vez en cuando.
Antes de levantar la mano contra políticos o jefes de estado, mira tus manos, manchadas de búsqueda continua de placeres infantiles, evasiones, mentiras, ocultaciones, manos que se ocupan de cambiar continuamente tu cara de distintas máscaras.
La lista de errores que estamos cometiendo diariamente como ciudadano sería interminable para este artículo.